La primera respuesta que viene a la cabeza cuando se piensa en los motivos para vender mi despacho profesional es que el socio está próximo a la edad de jubilación y no tiene un relevo natural para que le dé continuidad al mismo. En este caso, siempre recomendamos que se prepare la venta con una antelación mínima de 3 años al momento de la jubilación.
Este es un motivo obvio de venta del despacho, pero ni mucho menos el único.
Motivos personales para vender un despacho
Es habitual también que se piense en el traspaso de asesoría por motivos personales. Aquí puede haber múltiples razones: traslado de domicilio, voluntad de cambio de actividad… Pero sí que es cierto que, en procesos de consultoría, donde el cliente ya tiene una gran confianza con nosotros nos confiesa: “Quiero vender el despacho, estoy cansado”. En nuestro sector, la presión de los clientes y de la Administración comporta en ocasiones que los socios se planteen la venta del despacho. Desde el inicio de la pandemia del Covid, esta situación la estamos viendo casi a diario.
Momento financiero del despacho profesional
Otro motivo es el momento financiero. Cuando el despacho no va bien y los números no acaban de salir, el socio se plantea la venta del mismo.
Recordamos en este caso nuestro post ¿Cuánto vale mi despacho profesional?, donde se indicaba que actualmente la valoración de un despacho va vinculada a su rentabilidad y no tanto a la facturación. Por este motivo, no es una gran idea vender el despacho en una situación así, ya que la valoración va a ser a la baja. Por este motivo, siempre intentamos que previamente se mejore el EBITDA del despacho para proceder posteriormente a su venta.
Oportunidad de desarrollo profesional y de crecimiento del despacho
Pues sí, la venta del despacho también se puede enfocar como una oportunidad para el crecimiento del mismo. De hecho, es una situación que nos encontramos cada vez más.
Esta venta supone la integración en un despacho de mayor tamaño con las sinergias que ello comporta: clientes más importantes, capacidad de realizar mayores acciones de marketing y comunicación, más fuerza financiera, mejora en la gestión de los recursos materiales y humanos, etc.
En estos casos, normalmente se vende entre un 51% de capital social (en algún caso lo hemos llegado a hacer al 50%) y el socio suele seguir teniendo capacidad de decisión y debe ser considerado (se firman pactos parasociales) en cualquier tema importante del despacho como la incorporación de nuevos socios o personal o la incorporación de nuevos despachos, entre otros muchos. Por tanto, esta fórmula supone una oportunidad de desarrollo profesional para el socio, y de crecimiento para el despacho.
Estos son algunos de los criterios que lleva al socio a plantearse la venta de su despacho.
Nuestra recomendación para vender tu asesoría
Es importante que cuando te planteas la venta o integración de tu despacho profesional, consultes a un experto que además conozca el sector, que te asesorará y mediará en el complicado proceso de compraventa.
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